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Reducción mamaria

La hipertrofia mamaria es un problema caracterizado por unos senos de mayores proporciones que los senos normales. El sobrepeso que supone una mama hipertrófica lleva con frecuencia a sufrir trastornos funcionales como dolores de espalda o alteraciones en la posición de la columna vertebral.

¿En qué consiste la cirugía?

La cirugía de reducción mamaria tiene dos objetivos principales: elevar la areola y el pezón y reducir el tamaño de los senos, modificando así,  la forma y el volumen de la mama para adaptarla a los requerimientos funcionales y estéticos de la paciente.

Existen distintos modos de intervenciones, por lo que el tipo de técnica elegida dependerá del volumen, la altura del pezón, la anchura del pedículo de implantación, su prolongación hasta la axila y la distancia que separa una mama de la otra.

Según las características de las mamas, las cicatrices podrían ser de tres tipos:

La cicatriz resultante es una delgada línea que se disimula perfectamente en el pliegue submamario y que es invisible en ropa interior, bikini o bañador.

La cirugía se lleva a cabo con anestesia general y su duración dependerá de las características de los senos de la paciente,  aunque generalmente suele llevar entre 2 y 3 horas.

Postoperatorio:

La paciente deberá quedarse ingresada en la clínica durante 24 horas. Antes de darle el alta, se le retiran los drenajes y se sustituye el vendaje adhesivo por un sujetador parecido al de deporte que posee un elástico especial.

A la salida de la clínica, la paciente notará que presenta algunos hematomas e hinchazón en la zona operada, y además notará la zona tirante y algunas molestias al mover los brazos.

La paciente deberá llevar el sujetador elástico durante al menos un mes y evitar el uso de sujetadores con aros durante los tres meses posteriores a la operación como mínimo.

 

En los primeros días es muy beneficioso realizar un drenaje linfático ante la presencia de hinchazón  y moratones. Una vez pasados cuatro o cinco días, la paciente podrá seguir con su rutina normal, no obstante, tendrá que esperar un tiempo prudencial para realizar ejercicios en los que interviene directamente el pecho. El ejercicio físico puede realizarse progresiva y gradualmente una vez pasado el primer mes desde que la paciente fue intervenida.

Transcurridos unos diez días desde la operación, los puntos son retirados y a partir de entonces se iniciará el proceso de tratamiento de la cicatriz. Para evitar que la cicatriz en forma de T se deforme y lograr un mejor aspecto de la misma, se recomienda utilizar láminas de compresión de silicona, que se llevan durante el día y son retiradas por la noche. Tras la retiración de las láminas, la paciente deberá realizarse un masaje suave en la zona intervenida con cremas hidratantes y reconstituyentes. En caso de que la paciente no tolere la silicona, se le aplicaré tiras compresivas de esparadrapo de celulosa. En este caso se dejarán puestas entre cuatro y cinco días consecutivos, tratando con un masaje y cremas hidratantes la zona afectada.

Cuando la paciente sólo presenta una cicatriz vertical, será necesario pasar por una primera fase de adaptación y otra fase posterior de retracción, hasta que se consiga la longitud y forma requerida. La paciente deberá llevar en este caso durante alrededor de dos meses un apósito de esparadrapo modelante. Una vez pasada esta frase se tratará de igual forma que la cicatriz en forma de T.

Si han transcurrido varios meses y la cicatriz presenta un aspecto rojizo o pigmentado, podría ser tratada con láser o con micropigmentación.

Por último, se recomienda evitar tomar el sol durante el primer mes y no ir a la sauna hasta los tres meses posteriores a la cirugía.


 

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